El bruxismo es una condición caracterizada por el rechinar o apretar los dientes de manera involuntaria, especialmente durante la noche. Esta acción repetitiva puede causar daños en los dientes, dolores en la mandíbula y otros problemas musculares. El tratamiento adecuado es fundamental para prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar la calidad de vida del paciente.

¿Cómo se realiza el tratamiento?

1. Evaluación inicial: Se realiza un diagnóstico detallado para identificar los síntomas y la causa subyacente del bruxismo, que puede ser estrés, problemas de alineación dental o trastornos del sueño.
2. Uso de férulas dentales: Se recomienda el uso de férulas o protectores bucales durante la noche para evitar el desgaste dental y aliviar la presión en los músculos de la mandíbula.
3. Toxina botulínica (en algunos casos): En casos más graves, se puede recurrir a la aplicación de toxina botulínica en los músculos masticadores para reducir la fuerza del bruxismo y aliviar el dolor.
4. Tratamiento psicológico o manejo del estrés: Si el bruxismo está relacionado con el estrés o la ansiedad, se pueden sugerir técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual o cambios en el estilo de vida para mejorar el bienestar general.